No cabe hablar de bullying propiamente
dicho porque ése es otro tema. Pero más allá del bullying están los niños
abusones. Los encontramos en todos los colegios y en casi todas las aulas.
Tampoco podemos decir que estos niños de
cuatro, cinco o seis años (estas cosas ocurren ya en educación infantil) sean
auténticos acosadores, pero abusones, sí lo son. Y aunque no hace falta
etiquetarlos o estigmatizarlos, lo cierto es que tampoco podemos hacer de
cuenta que no pasa nada, que es normal entre niños, etc. Porque la víctima o
las víctimas del abusón se sienten así, justamente, como víctimas.
Pero ¿qué hace un abusón? ¿cómo se
comporta para que podamos llamarlo así? Incordia, muerde, pega, te da un
empujón, se ríe de ti, te llama gorda, fea, tonta, te pide veinte veces una
goma y jamás la verás de vuelta, ocupan tu asiento, te roban cosas, te las
esconden, te juegan malas pasadas, te hacen bromas de mal gusto… en fin, se sienten muy graciosos,
envalentonados y se la pasan pipa haciendo que tú te sientas mal e incluso
llores. Eso los hace sentir fuertes, que tienen el control sobre la situación
sobre todo si nadie les hace frente.
Lo más seguro es que sean niños que
tienen problemas en casa, que no encuentran otra manera de comunicarse con los
demás niños, es decir, que sean niños inseguros y que no hayan recibido una
educación adecuada. Seguramente en sus casas no les han puesto límites. Muy
bien, pues ahora les toca que alguien les ponga límites o su comportamiento
continuará siendo igual o empeorará con el tiempo.
Cuenta Lady
Gaga, a la que muchos conceréis, que aun hasta el día de hoy, sufre por lo que
le hacían en el cole, cuando se burlaban de ella. Dice, con lágrimas en los
ojos: “A veces todavía me siento como una perdedora en el instituto y yo solo
quiero animarme y decirme a mí misma cada mañana que soy una superestrella y
que puedo superar este día y ser para mis fans lo que necesiten que yo sea …
Los abusones me llamaban gorda y se reían de mi aspecto … Tenía la nariz muy
grande, el pelo castaño y muy rizado y tenía sobrepeso. Se burlaban de mi”.
Todo ello afectó a su desenvolvimiento en el colegio y a su creatividad, por
supuesto.
Pero hay
maneras de atajar a los abusones. Lo primero es detectarlos lo más rápido
posible. Lo segundo, no quedarse con la boca cerrada y no temer a que te
consideren un chivato porque des cuenta a tu maestra de que te están
incordiando y, por mi expriencia, lo que mejor efecto surte es que el padre o
la madre de la víctima se encare directamente bien con el abusón o bien con los
padres del abusón y les pregunte diectamente que por qué lo hace, si es porque
tiene problemas en casa o si es porque se siente inseguro… Esto último funciona
a las mil maravillas. El abusón no sabrá qué contestar pero lo más probable es
que se aplaque.
Imagen: http://www.ehowenespanol.com
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